El aislamiento en la fachada es uno de los elementos más determinantes en el comportamiento térmico de una vivienda, es la superficie con mayor exposición al exterior y, cuando no cuenta con un aislamiento adecuado, se convierte en una de las principales fuentes de pérdida de calor en invierno y de entrada de calor en verano.
Además del impacto energético, una fachada mal aislada está estrechamente relacionada con problemas habituales en el interior de las viviendas, como la humedad persistente y la aparición de moho en paredes y materiales sensibles.
La función principal de la fachada es separar el ambiente interior del exterior. En edificios antiguos o sin aislamiento, las paredes exteriores tienden a enfriarse con rapidez, provocando una bajada de la temperatura interior y un mayor uso de sistemas de calefacción.
Este efecto se traduce en un mayor confort térmico sin necesidad de modificar los hábitos de uso de la vivienda.
El aislamiento térmico exterior actúa directamente sobre la envolvente del edificio, protegiendo la estructura frente a los cambios de temperatura, al situarse por la cara externa de la fachada, el aislamiento envuelve el edificio de forma continua y reduce la aparición de zonas frías en el interior.
Como consecuencia, las paredes interiores mantienen una temperatura más equilibrada, lo que elimina la sensación de pared fría y mejora el confort general de las estancias, especialmente en invierno.
Muchas situaciones de humedad en viviendas no tienen su origen en filtraciones de agua, sino en la condensación. Esta se produce cuando el aire caliente del interior entra en contacto con paredes frías, generando acumulación de humedad en forma de manchas, puntos negros o moho.
Una fachada sin aislamiento térmico favorece este fenómeno. Al mejorar el aislamiento fachada, se eleva la temperatura superficial de los muros interiores, reduciendo de forma significativa la condensación y creando un ambiente más seco y saludable.
El moho suele desarrollarse en ambientes con humedad constante y superficies frías. Fachadas mal aisladas generan las condiciones ideales para su aparición, especialmente en esquinas, encuentros estructurales y zonas con poca ventilación.
Cuando la humedad aparece de forma recurrente, es habitual recurrir a soluciones superficiales que no resuelven el problema de fondo. Pinturas, productos antihumedad o limpiezas periódicas pueden mejorar el aspecto, pero no eliminan la causa.
En muchos casos, actuar sobre la fachada mediante aislamiento térmico exterior es una de las formas más eficaces de abordar cómo quitar la humedad de una casa de manera duradera, ya que se reduce el contraste térmico entre el interior y el exterior de la vivienda.
Cuando el moho aparece en la madera, no se trata solo de un problema estético. Aunque existen tratamientos para limpiar la superficie, si la humedad ambiental persiste, el moho reaparecerá con el tiempo. El aislamiento fachada contribuye a reducir la humedad interior y a estabilizar la temperatura de las paredes, lo que ayuda a prevenir la aparición de moho en la madera y en otros materiales sensibles.
Un suelo bien aislado contribuye directamente a:
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La celulosa es un material 100% sostenible y reciclado. Brindando eficiencia energética y confort gracias a sus grandes prestaciones aislantes
Su característica principal es su ligereza, lo que permite instalarlo en zonas de difícil acceso
El aislamiento fachada es un sistema que mejora el comportamiento térmico de los muros exteriores, reduciendo las pérdidas de calor y mejorando el confort interior de la vivienda.
El aislamiento térmico exterior protege la estructura del edificio frente a los cambios de temperatura y reduce la aparición de superficies frías en el interior.
Sí. Al elevar la temperatura de las paredes interiores, el aislamiento fachada reduce la condensación, una de las principales causas de humedad en viviendas.
Al reducir la humedad ambiental y evitar paredes frías, el aislamiento fachada dificulta la aparición de moho en paredes y materiales como la madera.
Además de limpiar la superficie afectada, es fundamental reducir la humedad del ambiente, mejorar el aislamiento térmico exterior ayuda a prevenir que el moho vuelva a aparecer.