El aislamiento suelo es una de las soluciones más eficaces para mejorar el confort térmico de una vivienda, especialmente en plantas bajas, pisos sobre garajes o locales no climatizados. Un suelo mal aislado puede convertirse en una fuente constante de frío, incrementando el consumo energético y reduciendo la sensación de bienestar en el interior del hogar.
Aplicar un buen aislamiento térmico en el suelo permite reducir las pérdidas de calor, estabilizar la temperatura interior y mejorar la eficiencia energética de la vivienda de forma duradera.
El aislamiento térmico en el suelo juega un papel clave en el confort y la eficiencia energética de una vivienda, aunque a menudo pasa desapercibido frente a otros elementos como fachadas o cubiertas. El suelo es una de las principales vías por las que se producen pérdidas de calor, sobre todo en viviendas situadas en plantas bajas, sobre forjados sin aislamiento o en contacto directo con el terreno, cuando esta zona no está bien aislada el frío se transmite al interior, generando una sensación térmica incómoda incluso aunque la calefacción esté en funcionamiento.
Un suelo mal aislado provoca diferencias de temperatura entre estancias, superficies frías al tacto y una mayor necesidad de consumo energético para mantener el confort interior. En invierno, el calor se pierde hacia el terreno; en verano, el suelo puede actuar como foco de entrada de calor, dificultando la regulación térmica del hogar. Esto obliga a un uso más intensivo de sistemas de climatización, con el consiguiente aumento en la factura energética.
Además del confort térmico, el aislamiento del suelo también influye en la salubridad de la vivienda, una temperatura superficial baja favorece la aparición de condensaciones, que con el tiempo pueden derivar en humedad, moho y deterioro de los materiales. Un aislamiento adecuado ayuda a mantener superficies más templadas y estables, reduciendo estos riesgos y mejorando la calidad del ambiente interior.
El tipo de pavimento influye directamente en el confort térmico y en la forma de aplicar el aislamiento.
.
El aislamiento en suelo laminado permite mejorar el confort sin renunciar a un acabado ligero y funcional, una base aislante adecuada reduce la transmisión del frío y mejora también el aislamiento acústico, algo especialmente valorado en pisos.
Los pisos de madera aportan una sensación térmica más cálida de forma natural. Aun así, incorporar aislamiento bajo este tipo de suelos mejora notablemente la estabilidad térmica y evita pérdidas de calor hacia plantas inferiores.
Este suelo destaca por su resistencia y durabilidad, pero tiende a ser frío al tacto. El aislamiento suelo en este tipo de pavimentos es clave para mejorar el confort, especialmente en viviendas donde se busca una temperatura interior homogénea.
El suelo vinílico adhesivo es una opción cada vez más utilizada por su facilidad de instalación. Acompañarlo de un aislamiento térmico adecuado ayuda a reducir la transmisión del frío y mejora la sensación al pisar.
Un suelo bien aislado contribuye directamente a:
Empresa especializada en el aislamiento térmico y acústico.
Es un material que se comporta de manera excelente en el aislamiento térmico y acústico, por sus grandes propiedades. Ofreciéndonos resistencia al fuego y al agua.
La lana mineral blanca combina la funcionalidad del aislamiento de la lana de roca, siendo un material ecológico y resistente al fuego.
La celulosa es un material 100% sostenible y reciclado. Brindando eficiencia energética y confort gracias a sus grandes prestaciones aislantes
Su característica principal es su ligereza, lo que permite instalarlo en zonas de difícil acceso
El aislamiento suelo es un sistema diseñado para reducir la transmisión de frío o calor a través del pavimento, mejorando el confort térmico y la eficiencia energética de la vivienda.
Sí. El aislamiento en suelo laminado mejora la sensación térmica, reduce el frío procedente de zonas inferiores y aporta también beneficios acústicos.
Sí. Sin aislamiento térmico, el suelo radiante pierde parte de su eficiencia, ya que el calor se transmite hacia abajo en lugar de concentrarse en el interior de la vivienda.
El suelo porcelánico no es aislante por sí mismo, pero combinado con un buen sistema de aislamiento suelo se puede conseguir un alto nivel de confort térmico.
Aunque es un material más flexible, el suelo vinílico adhesivo mejora notablemente su confort cuando se instala sobre una base con aislamiento térmico adecuado.
La madera ofrece una sensación térmica más cálida, pero para un aislamiento eficiente es recomendable complementarla con un sistema de aislamiento térmico bajo el pavimento.